sábado, 14 de janeiro de 2017


O que é nacional é bom...








O lóbi das escolas de condução em acção...



MAIS UMA INVENÇÃO DA ESPERTEZA...

Aos de menos de 65 comecem a pensar em deixar de fazer anos.

«PENSE 2020» – REVALIDAR A CARTA AOS 65 ANOS VAI TER CONDIÇÕES.

Estamos bem entregues!... Recentemente alguém resolveu deliberar que para renovar a Carta de Con...dução, passaria a ser dispensável o até aqui exigido atestado médico.

Agora, surgiram por aí uns especialistas, se calhar «formados numa qualquer escola de aviário», que se lembraram de criar e baptizar um pomposo plano denominado de «PENSE 2020», o qual obriga os condutores com 65 anos ou mais que queiram revalidar a sua carta de condução, a terem que frequentar uma acção de formação obrigatória.

A medida consta na proposta do Plano Estratégico Nacional de Segurança Rodoviária e tem como finalidade – segundo os ditos cujos – fazer baixar a sinistralidade rodoviária.

Ainda segundo estes «especialistas», pretende-se com esta medida, que as pessoas com 65 anos ou mais tenham aulas para «actualização obrigatória de conhecimentos».

Actualização de conhecimentos ou mais um saque ao bolso do contribuinte?!... É que se fôr para «sacar mais algum» ainda se percebe – embora devessem chamar o boi pelo nome. Agora para actualização de conhecimentos!... Conhecimento da realidade é o que falta a esta gente.

Ora vejamos:

Basta pesquisar o Relatório da Autoridade Nacional de Segurança Rodoviária publicado em 2015 – o de 2016 ainda não se encontra disponível – para se chegar à conclusão que estamos na presença de um excelente trabalho, esmiuçado com vários gráficos que escalpelizam e tipificam os acidentes e atropelamentos por dia da semana, por hora e por condições atmosféricas.

Uma análise muito bem feita e onde constam os múltiplos acidentes por classe etária. E sendo assim, vamos então aos números ali produzidos:

– Classe etária dos 20 aos 24 anos – 4 788 acidentes;
Classe etária dos 25 aos 29 anos – 4 644 acidentes;
– Classe etária dos 30 aos 34 anos – 5 025 acidentes;
– Classe etária dos 35 aos 39 anos – 5 585 acidentes;
– Classe etária dos 40 aos 44 anos – 5 167 acidentes;

Sub total 25 209 acidentes

– Classe etária dos 60 aos 64 anos – 2 558 acidentes;
– Classe etária dos 65 aos 69 anos – 1 996 acidentes;
– Classe etária dos 70 aos 74 anos – 1 630 acidentes;
– Classe etária c/  mais de 75 anos – 2 164 acidentes;

Total Geral: 33 557 acidentes

Isto é, só se preocupam com uma faixa etária responsável por 11,3%, dos acidentes descartando o impacto das faixas etárias responsáveis por 75,1% da sinistralidade total.

Dito isto, os números valem o que valem!... É natural que depois dos 65 anos os condutores sejam sujeitos a rigorosas inspecções médicas e a partir dos 80 às ditas acções de formação para avaliação das suas capacidades.

Mas se olharmos atentamente os números que «são deles», é na faixa dos 20 aos 44 anos onde residem o maior numero de acidentes. E sendo assim pergunta-se:

O que se deve fazer a esta gente para baixar a mortandade nas estradas?!...

Em que planeta vivem estes chamados especialistas?!...

Porque não exigir isso sim a tal formação obrigatória a condutores que possuam um cadastro que a justifique, e um quadro de honra para os cumpridores pelo seu exemplo?!...





terça-feira, 10 de janeiro de 2017


A eutanásia causa inquietude no Canadá:

«Não pensava que seria tão fácil matar

com esta nova lei»


La amplitud de la norma canadiense ya está produciendo los primeros abusos:
personas a quienes se condiciona para que consientan en su muerte.

Leone Grotti, ReligionenLibertad, 9 de Janeiro de 2017

La ley canadiense que promueve la eutanasia es aún más permisiva que las leyes belga u holandesa, hasta el punto de que el inicio de su aplicación se ha traducido en un número elevadísimo de muertes. Así lo analiza Leone Grotti en Tempi:

La eutanasia en Canadá fue legalizada en junio de 2016 y por lo menos 744 personas ya han muerto con la inyección letal. Los datos, difundidos por CTV News, son altísimos, pero según la doctora de Vancouver Ellen Wiebe, que ha declarado que este año ha matado por lo menos a 40 pacientes, «los números aumentarán, estoy segura de ello. Creo que alcanzaremos a Holanda y Bélgica porque tenemos leyes similares. Esto significa que la eutanasia representará el 5% de las muertes del país».

Ellen Wiebe ha aplicado la ley a cuarenta personas en medio año.
Basta con que ella haya creído que sus pacientes cumplían los criterios legales.

La ley

La doctora se equivoca, porque la ley canadiense es mucho menos restrictiva que las de Bélgica y Holanda. De hecho, según la ley C-14, para que te maten hay que tener una enfermedad incurable para la cual «la muerte natural es razonablemente previsible». El problema es que la enfermedad incurable y su razonable previsibilidad no son establecidos por datos médicos objetivos; basta que «el personal médico o de enfermería crea que la persona cumple todos los criterios». No es necesario, por lo tanto, que la ley sea respetada; basta que el médico piense que lo es.

Inmunidad total

La diferencia es importante, sobre todo porque la ley especifica que un médico no puede ser acusado de homicidio ni siquiera cuando su opinión sobre el respeto de los criterios de la ley se revele «equivocada». Por último, el texto de la ley garantiza una inédita inmunidad a «todo» el que «haga algo» para proporcionar la muerte de un tercero que la haya pedido.

Matar a los deprimidos

¿Cómo se pueden impedir abusos de cualquier tipo? No se puede. De hecho, tras apenas seis meses ya hay testimonios dramáticos. Will Johnston es un médico de familia de Vancouver y desde hace meses relata casos en los que la ley ha sido violada, sin que el gobierno o el sistema judicial de Canadá se sientan en la obligación de intervenir de algún modo.

El doctor Will Johnston, contrario a la legalización de la eutanasia, relata la existencia
de distintos casos de abusos amparados por la amplitud de la norma.

Uno de estos casos atañe a un hombre, cuyo nombre ha sido omitido por cuestión de privacidad, con una enfermedad neurológica que le dejó parcialmente inválido. El hombre «al que yo visité y que estaba muy lejos de morir, tenía una fuerte depresión. Ya no salía de casa, había perdido la esperanza y sentía que su vida no tenía sentido. Por esto quería morir».

«Es tan fácil...»

Ahora bien, escribe Johnston, «a cualquier otra persona no inválida se le habría ofrecido ayuda psicológica parar salir de esta difícil situación». En cambio, este hombre fue muerto por eutanasia a manos de una doctora de Vancouver, que por teléfono le dijo a la esposa que «se le puede dar la vuelta a la ley declarando que en cualquier momento puede morir a causa de una infección por lo que su muerte, en consecuencia, es 'razonablemente previsible'». Johnston volvió a ver a la esposa de este hombre después de que fuera matado con la inyección letal y ésta le dijo: «No pensaba que fuera tan fácil» matar «con la nueva ley».

«Estamos un poco preocupados»

Ante estos casos las palabras de un docente de la Universidad de Toronto, Trudo Lemmens, recogidas por CTV News, parecen casi un eufemismo: «Estamos un poco preocupados porque personas vulnerables o que se encuentran en situación de vulnerabilidad – o por motivos económicos o porque la ayuda médica solicitada no está disponible – podrían ser presionadas consciente o inconscientemente para elegir la asistencia médica de la muerte».

El profesor Lemmens señala el riesgo de que los pacientes sean
presionados para pedir que los maten.

La verdadera «opresión»

Según el texto de la ley, el gobierno tendrá que redactar un informe oficial sobre el desarrollo de la ley sólo cinco años después de su aprobación, es decir, en el año 2021.

Mientras tanto, se podrá llevar a cabo todo tipo de abuso en la ilegalidad más total, desde el momento que los casos de eutanasia deben ser denunciados por los propios médicos, pero en el caso de que no quieran hacerlo por cualquier motivo ningún órgano ha sido predispuesto para el control. Mientras tanto, médicos como Ellen Wiebe están muy preocupados por todos los hospitales y clínicas religiosas que no quieren permitir la eutanasia en las propias estructuras por razones de conciencia: «Tenemos muchos centros que ni siquiera permiten discutir los temas del final de la vida. Creo que ésta es una verdadera forma de opresión».


Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).