La amplitud de la norma canadiense ya está
produciendo los primeros abusos: personas a quienes se condiciona para que consientan en su muerte. |
Leone Grotti,
ReligionenLibertad, 9
de Janeiro de 2017
La ley canadiense que promueve
la eutanasia es aún más permisiva que las leyes belga u holandesa, hasta el
punto de que el inicio de su aplicación se ha traducido en un número
elevadísimo de muertes. Así lo analiza Leone Grotti en Tempi:
La eutanasia en Canadá fue
legalizada en junio de 2016 y por lo menos 744 personas ya han muerto con
la inyección letal. Los datos, difundidos por CTV News, son altísimos, pero
según la doctora de Vancouver Ellen Wiebe, que ha declarado que este año
ha matado por lo menos a 40 pacientes, «los números aumentarán, estoy segura de
ello. Creo que alcanzaremos a Holanda y Bélgica porque tenemos leyes similares.
Esto significa que la eutanasia representará el 5% de las muertes del
país».
Ellen Wiebe ha aplicado la
ley a cuarenta personas en medio año. Basta con que ella haya creído que sus pacientes cumplían los criterios legales. |
La ley
La doctora se equivoca, porque
la ley canadiense es mucho menos restrictiva que las
de Bélgica y Holanda. De hecho, según la ley C-14, para que te
maten hay que tener una enfermedad incurable para la cual «la muerte
natural es razonablemente previsible». El problema es que la enfermedad
incurable y su razonable previsibilidad no son establecidos por datos médicos
objetivos; basta que «el personal médico o de enfermería crea que la persona cumple todos los
criterios». No es necesario, por lo tanto,
que la ley sea respetada; basta que el médico piense que lo es.
Inmunidad total
La diferencia es importante,
sobre todo porque la ley especifica que un médico no puede ser acusado de
homicidio ni siquiera cuando su opinión sobre el respeto de los criterios de la
ley se revele «equivocada». Por último, el texto de la ley garantiza una inédita inmunidad a «todo» el que «haga algo» para proporcionar la muerte de un tercero que la
haya pedido.
Matar a los deprimidos
¿Cómo se pueden impedir abusos
de cualquier tipo? No se puede. De hecho, tras apenas seis meses ya hay
testimonios dramáticos. Will
Johnston es un médico de familia de
Vancouver y desde hace meses relata casos en los que la ley ha sido violada,
sin que el gobierno o el sistema judicial de Canadá se sientan en la obligación
de intervenir de algún modo.
El doctor Will Johnston,
contrario a la legalización de la eutanasia, relata la existencia de distintos casos de abusos amparados por la amplitud de la norma. |
Uno de estos casos atañe a un
hombre, cuyo nombre ha sido omitido por cuestión de privacidad, con una
enfermedad neurológica que le dejó parcialmente inválido. El hombre «al que yo
visité y que estaba muy lejos de morir, tenía una fuerte depresión. Ya no salía de casa, había perdido la esperanza y sentía que su vida
no tenía sentido. Por esto quería morir».
«Es tan fácil...»
Ahora bien, escribe Johnston, «a
cualquier otra persona no inválida se le habría ofrecido ayuda psicológica
parar salir de esta difícil situación». En cambio, este hombre fue muerto por
eutanasia a manos de una doctora de Vancouver, que por teléfono le dijo a la
esposa que «se le puede dar la
vuelta a la ley declarando que en cualquier
momento puede morir a causa de una infección por lo que su muerte, en
consecuencia, es 'razonablemente previsible'». Johnston volvió a ver a la
esposa de este hombre después de que fuera matado con la inyección letal y ésta
le dijo: «No pensaba que fuera tan fácil» matar «con la nueva ley».
«Estamos un poco preocupados»
Ante estos casos las palabras
de un docente de la Universidad de Toronto, Trudo Lemmens,
recogidas por CTV News, parecen casi un eufemismo: «Estamos un poco
preocupados porque personas vulnerables o que se encuentran en situación de
vulnerabilidad – o por motivos económicos o porque la ayuda médica solicitada
no está disponible – podrían ser presionadas consciente o
inconscientemente para elegir la asistencia
médica de la muerte».
El profesor Lemmens señala
el riesgo de que los pacientes sean presionados para pedir que los maten. |
La verdadera «opresión»
Según el texto de la ley, el
gobierno tendrá que redactar un informe oficial sobre el desarrollo de la ley
sólo cinco años después
de su aprobación, es decir, en el año 2021.
Mientras tanto, se podrá llevar a cabo todo tipo de abuso en la
ilegalidad más total, desde el momento que los
casos de eutanasia deben ser denunciados por los propios médicos, pero en el
caso de que no quieran hacerlo por cualquier motivo ningún órgano ha sido
predispuesto para el control. Mientras tanto, médicos como Ellen
Wiebe están muy preocupados por todos los
hospitales y clínicas religiosas que no quieren permitir la eutanasia en las
propias estructuras por razones de conciencia: «Tenemos muchos centros que ni siquiera permiten
discutir los temas del final de la vida. Creo que ésta es una verdadera forma
de opresión».
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